Domingo, 22 de abril de 1984
Queridísimos jóvenes,
al clausurar el Año Santo
os confío el signo de este Año Jubilar:
¡la Cruz de Cristo!
Llevadla por el mundo como signo
del amor del Señor Jesús a la humanidad
y anunciad a todos
que sólo en Cristo muerto y resucitado
hay salvación y redención.
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